DISECCION URBANA
Por Alfredo Perez MX

Tijuana B. C. El incremento de muertes autoprovocadas o autofligidas fueron advertidas por organismos de la sociedad civil, particularmente del sector salud, en meses pasados.
De acuerdo a los datos del Instituto Nacional para Estadística y Geografía (INEGI) el suicidio es la cuarta causa de muerte entre la población bajacaliforniana que oscila entre 15 y 29 años de edad y la misma institución responsable de llevar la estadística nacional asi como sus indicadores, reportaron que en el 2017 se quitaron la vida 166 personas en Baja California de las cuales el 88% fueron hombres y el resto mujeres.
Existen estudios y documentos de la ONU que señalan que cada 40 segundos una persona se suicida en el mundo. Es decir, son unas 800 mil personas las que ponen fin a sus días cada año.

En el año 2015 el suicidio era la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 25 años de edad pero también estaba sucediendo en niños entre los nueve y doce años.
Estadísticamente se creía que los hombres jóvenes son los de alto riesgo en el tema de la muerte autoprovocada, sin embargo, al ser un tema de salud mental, las variantes han surgido y no se puede determinar con precisión los grupos que cada dia están siendo mas afectados.
Se trata de un problema complejo y multifactorial.
La prevención del suicidio es responsabilidad de la sociedad misma y de las instituciones educativas así como de los organismos de la sociedad civil y del sector salud; en la medida en que, seamos capaces de construir sociedades incluyentes, justas, con menos violencia, discriminación y menos estigma se podrán disminuir los factores de riesgo del suicidio.
Tijuana cuenta con redes de multiplicadores, voluntariados, instituciones educativas, organismos de la sociedad civil, instituciones de gobierno que trabajan en la prevención con un esquema metodológico, sin embargo, se debe redoblar esfuerzos con la comunidad en general y medios de comunicación.
Estudios señalan que las noticias pueden influir de manera positiva y negativa en sus lectores, aspecto que puede observarse con mayor énfasis a través del espacio cibernético convertido en medio o plataforma de comunicación.
Por ello se considera que los medios, son un gran aliado pero, existe una parte como el sensacionalismo, amarillismo que merman las acciones por prevenir el suicidio.

Existen datos del siglo pasado donde libros que inducían al suicidio habían sido prohibidos en Europa porque el contenido y descripción de los mismos, influía en los mecanismos para autolesionarse o autodestruirse.
A partir de esas consideraciones, se focalizaron casos con un efecto imitativo de las conductas suicidas e a través de los medios de comunicación. Por ejemplo, cuando se producen actos suicidas en personas significativas como artistas, músicos, se despiertan otras conductas similares en jóvenes. De ahí que deba existir mayor sensibilidad en el trato del tema del suicidio.
Este efecto “copycut” se vio a partir del suicidio de grandes personajes, donde jóvenes empezaron a realizar esas prácticas. Ante las noticias diferentes culturas, se asume la práctica, métodos y se difunden las formas de realizarlo alcanzando a personas vulnerables que se ven influenciadas en esa etapa del proceso de vida.
Se debe analizar la historia de la víctima, su proceso de victimización, síntomas y entender las causas que la llevaron a privarse de la vida y regularmente se difunde a través de medios electrónicos las consecuencias y se juzga por ello.
Nadie habla de los riesgos, nadie asiste a terapia o se canaliza a la persona en situación de riesgo, por ello es necesario ver las conductas y el comportamiento suicida desde una óptica académica, científica, social.
El comportamiento suicida se puede prevenir previo a la situación de los síntomas, es decir, antes de que se instalé el síntoma y se construya la conducta suicida, dijo.
La prevención no es manejar solo números que de por si son alarmantes. La estadística de suicidios es un fragmento de muestra en un periodo determinado pero tiene constante cambio. Las muertes por asfixia, por envenenamiento que no se clasifican en suicidio, fortalece la hipótesis de que los números son solo una referencia para entender el impacto del problema.

Existen comunidades en algunas regiones del mundo donde no se contabilizan o clasifican algunas muertes como suicidas a pesar de tener muchas características. La multiculturalidad es un factor que limita la clasificación estadística.
Otro factor que influye son las imágenes en medios de comunicación o plataformas digitales en donde se observa como una persona se avienta al vacío mientras otras gritan que lo haga.
Estas imágenes son un poderoso estímulo para el suicidio que se imita y a través del sensacionalismo solo se vende muerte.
Lo más importante como sociedad y como medio de comunicación seria no describir el método de autodestrucción ni tampoco ofrecer explicaciones simplistas, ambos son un desencadenante del suicidio. La persona sufre desde hace tiempo y por consecuencia lleva un proceso donde se deteriora su calidad de vida.
Se debe evitar la palabra suicidio como sinónimos de éxito, salida, opción o valentía. Son términos que deben cuidarse en los medios de comunicación. El debate debe centrarse en lo que no estamos haciendo como sociedad. La palabra suicidio no debe aparecer en medios electrónicos quizás cambiar el termino por muerte autoprovocada o autofligida.
También debemos ofrecer ejemplos de personas que buscan alternativas de solución, otra forma de auxilio y otra forma de vivir y no de morir.
Quizás valdría la pena publicar los factores de riesgo como la violencia de género, violencia de pareja, la violencia intrafamiliar, consumo de substancias, violencia escolar y otros factores que influyen en cualquier etapa de la vida a cometer suicidios.

También valdría la pena publicar los factores protectores, como habilidades sociales que les permitan a las victimas integrarse a los grupos, enfrentar situaciones, estilos de afrontamiento saludable para enfrentar retos de la vida, relaciones interpersonales entre otros.
También considerar describir los recursos que brinda la salud mental a la comunidad, consultas médicas, psicológicas, psiquiátricas, voluntariado, asociaciones civiles entre otras y generar información donde las personas puedan solicitar ayuda.
Urge que la sociedad y medios de comunicación puedan ser capaces de brindarles herramientas a la población para que sepan a dónde acudir en situaciones de crisis emocional, frustración, depresión y hacerlas sentir que no están desamparadas y no sabe a dónde acudir, decirles que existe gente que puede ayudar. Se debe aprovechar el uso de los medios electrónicos y, señalar los signos de alarma para trabajar en conjunto.
Alfredo Perez es el fundador del Instituto Regional de Investigaciones sobre Prevencion y Participacion Ciudadana en Baja California. Tambien fundo la Sociedad de Ciencias Forenses en Baja California y se ha desempenado como especialista en prevencion, seguridad, analisis y otros topicos forenses por mas de treinta y dos anos.
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