En verdaderos campos de batalla se han convertido los juegos infantiles utilizados como distractor para niños y niñas en restaurantes y algunos lugares de venta de hamburguesas en Tijuana. Bastaría observar cómo padres de familia abandonan por completo el cuidado de los niños quienes son depositados y olvidados en el campo de guerra.
Es más fuerte el vínculo entre el teléfono celular y los propios padres de familia que el cuidado de los niños.
A través de las redes sociales se han proyectado en videos cuando algunos agresores sexuales o personas desconocidas se llevan a los menores en cuestiones de segundos en parques infantiles y aún así, ante estos hechos, los padres de familia siguen actuando con absoluta irresponsabilidad.
Por otra parte los niños con absoluta libertad , literalmente sueltos y sin límites se vuelven locos en el subir y bajar de estos juegos que carecen de supervisión en el diseño ergonometrico y construcción.
En algunos restaurantes o lugares públicos estos juegos infantiles presentan riesgos evidentes por un tornillo suelto, falta de colchoneta o cuando son de madera astillas son observadas.
Ante este escenario que pareciera campo de obstáculos de entrenamiento táctico, los niños vueltos locos y quienes suben y bajan escaleras, cruzan puentes, arrojan pelotas e ingresan a zonas prohibidas, solo son advertidos por los gritos que a lo lejos se escucha de parte de una madre de familia. Como si se tratara de una vecindad los gritos y más gritos que vienen de las madres de familia, tías o hermanas y uno que otro padre también descuidado solo se escuchan en los momentos que dejaron de observar los teléfonos.
Todo el reflejo y descomposición que surge del núcleo familiar lo puede observar en el comportamiento de los niños cada vez más agresivos y violentos con un lenguaje que usted puede escuchar solamente en adultos o en películas de burdeles.
La pregunta es que estamos generando en nuestras casas? Los niños violentos y delincuentes no provienen de otro planeta o vienen de la luna, son el producto de la descomposición social y descuido de muchos de los padres de familia que al no supervisar su crecimiento y su desarrollo; dejan que sean las aplicaciones e internet quienes funjan como niñeras o en el peor de los casos que sean quienes estén educando y formando “los valores” en los pequeños.
La combinación de todos estos componentes construyen un campo de guerra en donde es común observar a niños violentos que agreden y hacen bullying a otros niños y niñas que no son agresivos; y carecen de protección ante las agresiones verbal, física y psicológica; por ello de nueva cuenta surge la pregunta qué queremos producir y entregar a la sociedad? Qué tipo de adultos tendremos en algunos años?
Cita una frase que a la letra dice: “educa bien a tus hijos hoy para que mañana no se conviertan en delincuentes”.