Especialistas de IRIS en materia de conserva de alimentos impartir el taller teórico práctico sobre el proceso de deshidratado de alimentos, dentro de la comunidad de “El Pípila”, del municipio de Tijuana, Baja California, mismo que formó parte de las acciones comprendidas dentro del Programa Nacional de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (PRONAPRED) emprendido en el 2014.
El taller tuvo como objetivos disminuir la violencia y delincuencia ejercida a las mujeres a través de los talleres comunitarios, además de ofrecer conocimientos sobre los sistemas de conserva de alimentos desecados, permitiendo a las jefas de hogar o familias que lo requieran convertirse en micro empresarios o satisfacer las necesidades dentro del hogar, siendo auto productores de los alimentos básicos requeridos.
Contamos con la participación de más de 350 personas, hombres, mujeres, jefas madres de familia, jóvenes, niños y adultos mayores; quienes asistieron a las clases del taller, las personas que se vieron beneficiadas con este proyecto comunitario, quedando satisfechas al poder desarrollar capacidades emprendedoras que les permitirán continuar con proyectos productivos que generarán un ingreso, ayudando a superar condiciones adversas en las que se encuentran la mayoría de la comunidad aledaña al polígono.
Este taller es de especial atracción para los adultos mayores, pues no requieren
estar al pendiente de los productos, la realización de los deshidratadores es sencilla y fácil de monitorear como parte de un proyecto de trabajo en los hogares. Muchas herramientas y materiales para la construcción de los hornos des hidratadores son de fácil acceso para la mayoría, también se les brindaron otras opciones con equipo y muebles que tienen muchas veces en los hogares y que solo requieren algunos ajustes para transformarlos en herramientas y equipo que les pueden apoyar en la economía del hogar, o convertirse en un pasatiempo como parte de tratamientos de relajación.
Les exhortamos a seguir impulsando proyectos comunitarios porque permiten una cohesión social, se pudo observar que durante el tiempo que se llevaron a cabo los talleres, la comunidad no solo mostró interés en desarrollar el proyecto, cuidarlo y continuar sensibilizando a familias, sino que las jefas de familia se comprometieron a replicar los conocimientos adquiridos.
Agradecemos la oportunidad que nos brindaron porque juntos como fuerza social, podremos realmente tener un cambio positivo y gradual en las conductas delictivas de los polígonos menos beneficiados, la prevención social de la violencia y de la delincuencia puede ser posible si sumamos a todos los miembros de la sociedad y los hacemos copartícipes de acciones encaminadas al desarrollo sustentable y en un ambiente que fomente la armonía y paz.
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